Justicia "a la española"

Querida Berta:

Te escribo mientras todavía sigo siendo un hombre "libre", si es que se puede decir "libre" quien vive en el desamparo judicial más absoluto. Probablemente, dentro de unos meses seré todavía un poco menos libre y no podremos vernos todos los miércoles y fines de semana alternos. Ya no podré abrazarte ni oler tu pelo al besar tu mejilla, ya no te podré contar cuentos ni adivinanzas. Ya no podremos ir a Port Aventura, ni a circos ni a espectáculos de magia, dejaremos para más adelante volver a frecuentar la playa, los parques de atracciones... No podremos ir a patinar, ni ir con la bicicleta.

No sé lo que te contarán, pero algún día sabrás la verdad: a tu padre le metieron en la cárcel por el delito de "abandono de familia". Como me pasa a mí, tú tampoco lo entenderás. Te parecerá una broma macabra ¿Es abandonar a una hija hacerse cada semana 300 kilómetros para verla?, ¿gastarse en 4 años 20.000 euros en gasolina y trabajo sin hacer para poder estar contigo?, ¿es abandonar a una hija dedicarle el 100% de mi dinero una vez descontados los gastos de estricta supervivencia?

Sí, Berta, ésa es la justicia que tenemos y éste es el país que tenemos. La mitad de la población somos parias legales por razón de sexo. Si topamos con una mala mujer y hemos tenido hijos con ella, pasamos a ser esclavos de por vida, con el beneplácito de la justicia, grotesca caricatura de lo que debería ser.

Mi delito es atender tus necesidades económicas directamente, no a través de la persona que maquinó con su familia alejarme de tí con falsas acusaciones. No quise ser un esclavo más, aunque ello suponga mi ingreso en prisión.


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