Telemierda y maltrato virtual

No hay ideal, por noble que sea, que no haya sido manipulado y utilizado para obtener rédito económico de él.

Las mujeres han estado históricamente discriminadas por razón de sexo. Mi abuela e incluso mi madre lo estuvieron. Pero las mujeres que ahora tienen 30-40 años ya no lo están. No obstante, las feminazis, la perversión y corrupción del feminismo, siguen a lo suyo, que no es la igualdad, sino la humillación y destrucción del hombre, todo ello bien regado por abundante dinero público. Se cuentan por centenares los diversos "observatorios", "fundaciones" y demás formas de trinque institucionalizado que bajo el falso pretexto de luchar por la igualdad de las mujeres, se entregan a la rapiña de las subvenciones, aunque para justificarse y perpetuarse tengan también que aniquilar a la mitad del género humano.

Su poder es omnímodo, su influencia, avasalladora, y en España, sociedad idiotizada y carente de valores como pocas, han encontrado carne blanda y fofa en la que hundir con rabia sus colmillos.
Recuerdo perfectamente cómo mi expareja y yo bromeábamos sobre esa súbita epidemia de supuestos maltratadores, sobre cómo la telemierda (“telebasura” resulta demasiado halagador) vomitaba día sí día también innumerables casos de maltratadores más o menos famosillos o famosetes. Ni el Fari se salvó de la quema. Virtuales o reales daba lo mismo: eran carnaza para echar de comer a las analfabetas turbas que cada día hunden sus culos y sus tristes vidas en el sofá. Fue la telemierda la que creó ese engendro llamado “ley de violencia de género”, y lo hizo para saciar los bajos instintos de esas masas analfabetas, previamente aleccionadas en la indignación contra el maltratador, grosero espantajo que lo mismo valió para un roto que para un descosido. ¿Qué hay del hecho incontrovertible de que el 99% de las discusiones de pareja son eso, meras y triviales discusiones en donde no cabe hablar ni por asomo de “maltrato”? Pues nada, esa evidencia fue arrollada por la apisonadora mediática de ese zafio maniqueísmo de buenas y malos.






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